sábado, 12 de mayo de 2007

El día y la noche vibran en el centro de la ciudad












El sofocante calor del medio día se esfuma lentamente, mientras unos y otros se dedican a sus oficios, algunos caminan, la ciudad desapercibida deja pasar el tiempo. La tarde avanza la jornada laboral ha llegado a su fin y las lámparas en las calles anuncian la llegada de la vida nocturna del centro de la ciudad.

La brisa de la noche acompaña los pasos acelerados de transeúntes desprevenidos que al compás del bullicio van en busca de un lugar, simplemente un lugar, donde compartir solo o acompañado la vida que se enciende con el primer rayo de sol, pero que nunca se apaga.

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